Bar La Nata: Entrevista COMPLETA

Entrevista a Mercedes Sánchez propietaria del Bar La Nata en Sant Just Desvern

Soy Mercedes Sánchez y tengo 57 años. Trabajo en un bar que montamos mi madre y yo hace 37 años: el Bar La Nata en Sant Just Desvern. Desde hace 10 años comencé a derivar un poco mi camino profesional hacia el mundo de las terapias alternativas. No he parado de estudiar desde entonces y sigo estudiando.

Así empezaba la entrevista que le hicimos a nuestra amiga Merche hace algunas semanas. Es una buena amiga  y siempre es un placer charlar con ella.

Personalmente, creo que Merche es un claro ejemplo de superación, de trabajo, de esfuerzo y de valentía.

Después de una vida dedicada a su bar y a su familia, decide emprender una nueva aventura persiguiendo aquello que realmente le gusta: ayudar a los demás. No te pierdas la entrevista completa.

Entrevista

¿Cómo nació La Nata?

Merche: Empezó porque mi madre tenía una tienda en el mismo local en el que ahora está el bar. Yo tenía 13 años y había dejado de estudiar porque no me gustaba. Entonces empecé a trabajar con mi madre. Como era niña con solo 13 años y vivía con mis padres no necesitaba un gran sueldo.

Pero luego, a los 19 años, me casé. Y a los 20 tuve a mi primera hija. Entonces ahí si que no salía un sueldo como para mantener todo. Un día mi madre dijo: "¿Qué tal si ponemos una granja bar?".

Y bueno. Empezamos a investigar cómo se podía hacer, nos hinchamos de bocadillos de prueba y, en Noviembre de 1981 montamos el bar.

Los comienzos

Merche: La verdad es que fue la primera granja. Estaba la Granja Catalana de toda la vida, la que vendía leche y cosas así, pero tipo bar cafetería no había ninguna.

Así que la verdad es que empezamos y tuvimos muchísima suerte. Empezamos a trabajar muchísimo. Además estaban empezando las obras de la Mallola, las obras de las casas de la Plaza Maragall y no parábamos de trabajar. Era una "brutalidad".

¿Estudio de mercado o tirarse a la piscina?

Merche: No, no. Fue tirarnos al vacío totalmente. Ni estudio de mercado ni nada. Nos tiramos al vacío y pensamos: "A ver qué pasa".

¿Qué consejo le darías a alguien que quiere emprender hoy?"

Merche: Precisamente mi hija, la mayor, ha dejado el bar. Ella es monitora de Pilates. Y el consejo que le he dado siempre es que hacia adelante, que solo se vive una vez o eso creemos, y hay perseguir tus sueños para conseguir tus objetivos.

No hay que tener miedo. El  miedo te frena y te paraliza. Hay que avanzar y si crees en ti mismo o en ti misma, el éxito está garantizado.

Ahora que tus hijos han tomado el relevo en La Nata, ¿Qué proyectos tienes?

Merche: Pues llevo bastante tiempo enfocada en otro proyecto que es el de la terapias naturales. Pero me está costando horrores.

Supongo que al ser mis hijos siento que si me voy de ahí les abandono. Es algo que sale muy de dentro.

¿Cómo surge la idea de dejar el bar y dedicarte a las terapias naturales?

Merche: Dejé el bar y monté una tienda. Ya lo había hecho, dos veces. La primera me fue bastante mal porque me puse en una calle en la que no pasaba ni dios.

La segunda empecé muy bien. Luego, no sé por qué causas, quizá por mi actitud o mi forma de hacer las cosas, pero empezó a ir mal.

Entonces, como tenía mi zona de confort que era el bar, y tenía a mis padres allí, volví. Y ese fue mi punto de inflexión. El bar me da dinero, pero no es lo que quiero hacer en mi vida.

Es en 2008, cuando resurge aquello que siempre había tenido dentro. Mi vocación de terapeuta y entonces, con mucho miedo, empecé a estudiar. Y  no he parado desde entonces.

Siempre surgen cosas nuevas que me gustan y que veo que pueden ayudar a otras personas. Y eso es lo que amo realmente. Ayudar.

¿Qué crees que te limita a la hora de dedicarte al 100% a tu nuevo proyecto?

Merche: Creo que la única limitación soy yo misma. Porque siempre pienso que si en el bar estuvieran otras personas que no fueran mis hijos ya lo hubiera traspasado, a ellos o a otras personas.

Pero al ser mis hijos, me excuso a mí misma porque estoy en mi zona de confort segura económicamente. Aunque por otro lado, hay momentos en los que echaría a correr.

Soy yo misma la que me limito. Sé que ellos son capaces de llevarlo perfectamente.

¿A quién puedes ayudar con tus terapias?

Merche: Sinceramente creo que a todo el mundo. Desde niños y niñas a partir de los 5 años hasta personas mayores.

Todos tenemos bloqueos emocionales, sobretodo de cuando éramos pequeños. Aunque nuestros padres nos hayan tratado lo mejor que han sabido, siempre quedan ciertas creencias sobre nosotros mismos que no son reales.

También puedo ayudar si tienes algún bloqueo emocional causado por algún trauma, un duelo, un accidento o cualquier situación dolorosa que hayamos vivido.

Todos podemos necesitarlo. Incluida yo.

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